Ya se han terminado las vacaciones … vaya, para la mayoría.
¿Y ahora? ¿Cómo vuelvo a «conectar», a coger el ritmo? ¿Cómo puedo quitarme esa sensación de angustia y/o tal vez de angustia? ¿Cómo volver a las tareas habituales (trabajo, colegio, trabajos de casa, etc.) sin que ello me angustie? ¿Cómo volver a ilusionarme con lo que hago después de este tiempo de pausa y descanso?
Muchos de ustedes, sino todos, han sentido estas sensaciones alguna vez u otra. Todos hemos pasado por situaciones en que nos ha resultado difícil «retomar» el ritmo después de las vacaciones o bien de una parada temporal.
Es evidente que lo ideal es vivir plenamente todo el año, en todo momento, sin que el tiempo de pausa (vacaciones u otros) sea sólo un paréntesis en un año lleno de tensiones (artículo del 08.14.14 en este mismo blog: ¿Buenas vacaciones o autoengaño/escapatoria?).
Pero somos humanos y después de las necesarias vacaciones o pausa a veces es duro y costoso reanudar.
¿Qué le podemos hacer?
- En primer lugar hacer un breve, pero honesto, balance de la situación:
- Buscar pros y contras, haciendo énfasis en todo lo positivo que tenga.
- Sopesar que pasaría si cambiara algo.
- Recordar que NO es usted víctima de la situación, y que siempre puede cambiar algún elemento distorsionador.
- Pesar en esta balanza imaginaria los pros y contras, y decidir!
- Decidir que quiere y porque lo quiere.
Y, si ha decidido libremente que quiere continuar trabajando (o haciendo lo que hiciera) entonces «toca» lo siguiente:
- En segundo lugar ponerse manos a la tarea interior, al trabajo de superación personal:
- Ya que soy libre y estoy haciendo lo que hago voluntariamente voy a hacerlo de la mejor manera posible.
- Trataré esta situación como una magnifica oportunidad de aprender y de superar viejas pautas de conducta.
- Haré lo «que he decidido hacer» y no «lo que me toca hacer» con alegría y entusiasmo.
- Recordaré, tantas veces como haga falta, que ya que he elegido y quiero hacer lo que hago, que trabajar con ganas y buena voluntad hace mucho más agradable la tarea. Mucho más que estar taciturno en todo momento.
- También, si es necesario, buscaré ayuda externa para «recalibrar» mis patrones y hábitos negativos (tales como: la costumbre de refunfuñar, el quejarme sin motivo, el buscar siempre defectos en los compañeros o la dirección, sentir que no estoy suficientemente valorado, pensar que no se me retribuye lo suficiente, que lo hago todo yo, etc.).
- Esta ayuda externa, si es necesario, no tiene que ser con la actitud de que «ya me lo arreglarán», sino con el compromiso firme de trabajarse uno mismo apoyándose en esta ayuda externa.
- En tercer termino, aplicando estas cuatro reglas que me he permitido sugerir,
Recuerde (en formato de elección: ¿blanco o negro?):
- Víctima o Actor Libre?
- Balanza: qué plato escojo?
- Refunfuñador o Alegre?
- Sufrir o Disfrutar?
- Aguantar o Reanudar?
- Lo mismo o Aprender?
- No ayuda o Ayuda?
Si estas reglas le han parecido adecuadas, le sugiero también que copie las siete líneas anteriores en un pequeño papel para llevar encima y consultar durante el día, en cada momento en que tenga dudas o se sienta con dificultades de reanudar.
Y haciendo aquello que ha decidido, aprendiendo a su propio ritmo, sin tener únicamente como objetivo el salario a fin de mes o las próximas vacaciones, podrá retomar el ritmo después de las vacaciones, o de una parada temporal sin angustia ni malestar.
Viendo, entendiendo y practicando el arte de compaginar vida profesional y privada, tiempo de gustoso trabajo con tiempo libre, y así hacer de su vida un tiempo continuo de armonía y bienestar.
[i] Esto también es valido para todos los fines de semana del año.



