Pueden parecer contradictorias, y lo son, estas dos palabras.
Lo que quizás no es tan evidente es que practicamos ambas simultáneamente.
Como he manifestado en diferentes reflexiones anteriores, si le preguntamos a alguien si quiere ser feliz, la respuesta inexorablemente será: ¡sí, claro, evidentemente!
Así pues será evidente también que todos sin excepciones tenemos interés, necesidad y ganas de recibir ayuda, de ayudarnos, de practicar la autoayuda/ hacernos el bien/ minimizar las condiciones adversas y/o difíciles/ vivir en y con las mejores condiciones posibles/ etc.
Si, como he puesto de manifiesto, todos y cada uno de nosotros estamos interesados en ser felices y todos queremos ayudarnos a nosotros mismos, como es posible que practiquemos a la vez la autoayuda y el autoengaño? Seguir leyendo








