Navidad, ¿buen momento para plantar?

No, ¡no se han equivocado de sección! Esta no es la sección de agricultura ni de botánica. A aquellos que siguen mis escritos no les extrañará sobremanera el título, sobre todo si han leído mi artículo de la semana pasada:

Navidad: ¿un oasis en medio de un desierto de amor?

Si no hablamos de agricultura pues, ¿que se trata de plantar ahora, en esta época del año?

Todos ustedes saben que en los campos de todas partes ya están plantadas, desde hace ya un tiempo, las semillas de los diferentes cereales que se recogerán (según la climatología) hacia el mes de junio. ¿Porqué hay que plantar con tanto anticipo, y en condiciones aparentemente adversas? Ahora que vienen los fríos, el hielo, los días cortos y oscuros, no parece lo más adecuado hundir frágiles semillas en una tierra fría.

Sin entender demasiado de plantar, de agricultura y de campos, todos vemos lógico y sensato hacerlo ahora ya que todos sabemos que estas semillas necesitan precisamente de todo lo anterior.

Necesitan tiempo, mucho tiempo, oscuridad para poder germinar, frío, hielo, agua y más tiempo todavía. Tiempo para llevar a cabo un proceso callado de metamorfosis, para desarrollar todas las características latentes dentro de la diminuta semilla.

Tiempo de transformación radical de todo su potencial hasta llegar a la expresión plena de toda su riqueza, a la plenitud del cereal maduro ¡realizado!

Y nosotros, los seres humanos, ¿no necesitamos de los mismos ingredientes?

Primera serie de preguntas que nos podemos hacer todos, que deberíamos hacernos todos:

¿Que querré recoger cuando llegué el tiempo de segar, el tiempo de la cosecha?

¿Que quiero incorporar o aumentar en mi despensa interna? (¡Todo aquello que Yo Soy! Todas mis capacidades, mis herramientas para poder disfrutar plenamente de mi vida).

¿Qué me falta? ¿Qué necesito?

Segunda serie de preguntas:

¿Cuándo será el tiempo de segar, el tiempo de la cosecha?

¿Si no planto ahora las semillas, si no siembro, crecerán solas aquellas «cosas» que deseo recoger?

Y si, en la agricultura no hay «generación espontánea», si las plantas no crecen solas ¿será diferente dentro de mí? ¿recogeré lo que deseo sin sembrar, sin esfuerzo?

Si usted se ha hecho ¡y respondido! honestamente las preguntas anteriores, y ve lógico el hecho de que si quiere obtener un resultado, algo tendrá que hacer; entonces volvamos al principio, al título: Navidad, ¿buen momento para plantar?

Por bien que uno mismo esté, por feliz que sea, siempre, siempre podemos estar mejor, ser más felices todavía.

Así pues podemos ahora, y siempre, plantar buenas semillas, hacer todo lo que sea necesario para mejorar el propio bienestar, compaginar mejor vida profesional y personal/ familiar, disfrutar plenamente del tiempo libre sin angustias, bajar los niveles de estrés (que hoy nos parecen normales), disminuir/ erradicar el miedo (a pesar de la crisis), ser aún más Felices (individual y colectivamente).

¿Qué nos hace falta? ¿Que me hace falta a mí, aquí, ahora?

Teniendo en cuenta que todo lo mencionado antes, todo aquello que usted recoja no irá en contra de nadie, ya que al revés de los bienes materiales, el propio bienestar no disminuye el de los demás, al contrario lo aumenta (cuanto más tenga, más podrá compartir).

Teniendo en cuenta esto, piense realmente, sintiéndolo profundamente dentro de sí: ¿Que me hace falta a mí, aquí, ahora?

Una vez respondida la anterior, pasamos a la siguiente: es ahora Navidad, ¿un buen momento para plantar?

¿No se ha hecho usted, muy a menudo por estas fechas, un buen propósito, una lista de cosas que quiere hacer, o dejar de hacer? La lista de primeros de año suele estar llena de buenas intenciones (que muy a menudo terminan en esto: en «buenas intenciones»).

Si no quiere que esta vez termine igual, en «buenas intenciones», ¡habrá que hacer algo! Poner manos a la obra, y pasar del dicho al hecho, de las palabras («buenas intenciones») a los actos!

Y, sin prisas ni pausas, con tiempo, mucho tiempo, anticipándose a las ganas/ necesidad de recoger y al tiempo de la cosecha puede ir “sembrando”.

Sabiendo que si no “sembramos” ahora no recogeremos después ¡Ahora es el momento! ¡AHORA, en este tiempo, en Navidad! ¡En este Presente (no olviden que significa también: regalo) ya que no existe un hipotético mañana en el cual podamos de un plumazo solucionarlo todo, Ahora ¡a plantar!

¿No será este el mejor regalo (en esta época, y en cualquier otra) que ustedes se puedan hacer a si mismos y a todos aquellos que quieren? ¡Estar/Ser mejor!

Amparado en la «oscuridad» (introspección, tiempo para uno mismo), hielo/ frío (condiciones a veces adversas que nos hacen cuestionarnos), agua (emociones/ sentimientos que nos despiertan la añoranza de estar mejor), puede ir «plantando» «semillas».

Todas las «semillas» (todo lo que realmente quiere: no «buenas intenciones», sino INTENCIÓN firme, decidida, bien tomada).

Aplicando tiempo, Tiempo lleno de Atención, de Consciencia, con disciplina y perseverancia irá cuidando «amorosamente» todas sus «semillas».

Les ¡ invito a Vivir con plenitud Todo el Año, Toda la Vida !

¡Feliz Navidad todo el año!