Navidad, Navidad … tiempo especial que despierta en nosotros, en la
mayoría; creyentes y no creyentes, practicantes o no; una sensación especial, unas emociones, un sentimiento, muchas veces indefinido o de difícil precisar, que nos «transporta» a otro «lugar».
Lugar de reencuentro con percepciones y sentimientos a menudo ligados a la infancia.
Sentimientos, emociones y percepciones de bienestar, de tranquilidad, de reencuentro con la familia al completo, con el hogar, con la calidez, con la Paz …
Tiempo de alegría, de calor en el corazón, de compartir; de estar unidos alrededor de un proyecto común, de un mismo núcleo cohesionado y cohesionador …
TIEMPO (en mayúsculas, con letra grande) de plenitud, de amor.
Amor: palabra de difícil definición, a menudo mal usada y aún más mal interpretada. Tanto y tan tergiversada que ha perdido gran parte de su auténtico sentido.
Podríamos ponerle sin embargo todas las definiciones de sensaciones, sentimientos, emociones y percepciones mencionadas antes. También podríamos añadirle Inclinación o afección viva hacia una persona o cosa. (Amor paternal, filial. Amor a la patria. Amor a la verdad, a la justicia. Poner amor a alguien, en algo). Amor propio: estima de sí mismo que lleva a no dejarse sobrepasar por los demás, a no hacer un mal papel, etc. Por amor al arte: desinteresadamente. Amor cortés: concepción de las relaciones amorosas, entendidas como un vasallaje feudal al servicio de la dama. Etc.
Todas estas diferentes definiciones las podríamos agrupar en una sola:
¡ Sentir y/o expresar sentimientos y/o emociones que te hacen sobrepasarte, ir más allá de los propios límites !
Si aceptamos (es una decisión libre y propia de cada cual) esta definición de amor, convendrán conmigo, entonces, que la forma de vivir la Navidad dependerá de la libre elección de cada uno de nosotros.
Podremos, podrán, pueden todos ustedes, escoger:
¿Cómo quiero vivir esta Navidad?
- Pueden escoger vivirla como una serie de obligaciones y compromisos sociales a distintos niveles con diversas situaciones y personas (estar con aquellas personas que uno no tiene ganas de ver, pero que uno tiene [o se cree que tiene] la «obligación» de ver). ¡Aquello que toca hacer! ¡Lo que tengo que hacer!
Si escogemos «lo que se tiene que hacer» en lugar de lo que «queremos hacer» estaremos, estará usted escogiendo otra cosa, ¡ pero no el Amor !
De ahí que muchas, demasiadas, personas «refunfuñen y renieguen» cuando se acercan las fiestas de Navidad («estoy deseando que ya hayan pasado», «tener que aguantar …»; «sólo compras …»; etc.).
- Pueden elegir vivir con plenitud esta Navidad, haciendo aquello (y solo aquello) que ustedes tienen realmente las ganas auténticas de hacer.
Si elige esta segunda opción, estará, ¡ esta escogiendo usted el Amor !
Estará escogiendo hacer: por amor al arte: desinteresadamente = ¡sin obligaciones!; para dar/poner amor a alguien, en algo, por Amor paternal, filial; por Amor propio: estima de sí mismo = desearse el bien, amarse !; etc.; estará escogiendo hacer libremente lo que usted desea, aquello que quiere, ¡estará escogiendo el Amor!
Deseo de todo corazón que usted escoja la segunda opción, ya que la vida es demasiado corta para perderla haciendo cosas que uno no desea y no quiere hacer.
Y, si podemos en la época navideña escoger vivir con o sin Amor, no podríamos, ¿no podemos también hacerlo TODO el año?
¿O no es un límite suficientemente frustrante, pesado y negativo vivir «Haciendo aquello que uno No quiere hacer» o (lo que es lo mismo) «Dejar de hacer lo que uno Si quiere hacer» ?
Si pueden (como yo les deseo) Vivir con Amor = «con plenitud, en libertad, escogiendo hacer aquello (y solo aquello) que ustedes tienen realmente las ganas auténticas de hacer» es necesario que esta manera de hacer, de vivir, sea un paréntesis , un interludio, ¿un oasis en medio de un desierto de amor?
¿Es imprescindible y necesario que circunscribamos este periodo de amar, de amor a una sola y corta época del año?
¿Es sensato? ¿Es lógico? ¿Es «productivo y rentable» ? ¿Si en una empresa tenemos una herramienta (cualquiera que sea), la haríamos servir sólo quince o veinte días al año?
Es maravilloso y extraordinario sentir (si se siente) esta «transformación» Navideña, este impulso que nos empuja a dar lo mejor de nosotros mismos.
Para aquellos que no lo sintiesen les invito a buscar, encontrar y fijar en su interior (a veces muy escondido en su interior) todos los sentimientos y sensaciones que les comentaba antes. Quizás buscando en recuerdos de la infancia o bien mirando con pureza, con honradez, con valentía, todo aquello que le produzca felicidad o bienestar.
Pero también les ¡ invito a Vivir con plenitud Todo el Año, Toda la Vida !
¡ Feliz Navidad todo el año !




