¡»Por muchos años»!, Feliz cumpleaños!, Que cumplas muchos!, Que lo celebres en buena compañía!, etc., etc.
Expresiones de gozo y alegría que nos acompañan y que deseamos de todo corazón en las ocasiones cercanas en las cuales estamos participando.
Es evidente que nos producen placer estas manifestaciones de aprecio y amor. Sin lugar a dudas lo disfrutamos y es sencillamente perfecto.
El tema que planteo es si tenemos que celebrar una vez al año, con toda la legitima alegría, esta efeméride; o si no sería más indicado hacer de este año, de todos los años, una celebración continúa…
También parece bastante evidente que no hay incompatibilidad entre las dos celebraciones.
Algunos refutaran que; con la crisis, o lo que sea, no estamos para demasiadas alegrías y celebraciones. Podría parecer sensato a priori, pero permítanme continuar.
Podemos, y además, tendríamos que hacer de nuestra vida, de la vida de cada uno, una «celebración continúa…».
¿Porqué hacerlo?
¿Como hacerlo?
Respuesta a la primera pregunta:
- A pesar de todos los «pesares» que pudiéramos argumentar, parece bastante mejor vivir en un estado de gozo, alegría y bienestar, que en un temporal y/o constante estado de malestar, de queja, de sufrimiento (sea del tipo que sea: físico, emocional, mental, espiritual, etc.).
- Puestos a elegir entre disfrutar, pasarlo bien, o bien estar «sufriendo» la situación que sea, ¿usted que elegiría?
- ¿Acaso esta usted convencido de que «aquí» venimos a pasarlo mal? ¿Se ha leído «el contrato de su vida»? ¿Pone en algún lugar que solo a venido a sufrir? ¿Pone que no tiene derecho a estar bien?
- ¿Conoce a alguien que (en su sano juicio) diga:
«Yo, de mayor quiero ser desgraciado»?
Y, si lo que buscamos es la felicidad,
¿porqué no hacer algo activamente para encontrarla?
- Si buscamos la felicidad, y no queremos ser desgraciados, ¿no deberemos hacer activamente todo lo necesario? ¿No tendremos de dotarnos de las herramientas y medios para llegar al objetivo?
Respuesta a la segunda pregunta:
- En primer lugar déjeme matizar que una «celebración continúa…» no es vivir en un estado de desenfreno y embriaguez, no es «quemarlo todo», no es «pasar de todo» y no cumplir con sus «obligaciones» (aquellas que usted libremente ha asumido).
- Más bien al contrario: es cumplir con todas sus responsabilidades y obligaciones con alegría, con gozo (ya que si no le satisfacen, poco a poco, ¡déjelas!).
- Ya que si todo aquello que hace, lo hace libremente y con alegría, en lugar de ser un «sufrimiento» y «un castigo bíblico» será una «celebración continúa».
- Transformando el día a día en una constante sucesión de hechos alegres y divertidos (gracias a esta nueva actitud).
- Aplicando la atención constante en hacer de cada «pequeño gesto de cada instante» un momento único, lleno de satisfacción de hacer aquello, y sólo aquello, que quiero hacer.
- Etc., etc., …
- Viviendo «El Momento Presente», que es el único que existe (ya que el pasado ya ha desaparecido y el futuro no ha llegado todavía). Y así, sin lamentarse ni quejarse del pasado, no preocupándose ni angustiándose por el futuro, vivir, VIVIR una «celebración continúa…»
¡Por muchos años de «celebración continúa…»!



