Extracto del artículo anterior:

Decisiones:
¡Uniendo Corazón y Mente !

[Incluso cuando decimos que no queremos decidir en ese momento todavía, ya estamos decidiendo! Así pues, si no hay manera humana de NO decidir, ¿porque cuesta tanto tomar decisiones?

Teniendo en cuenta la dificultad, diría la imposibilidad, de preverlo todo no podemos exigirnos la infalibilidad. Tampoco la perfección.

¿Usted conoce a alguien, alguna empresa que no haya errado nunca en ninguna toma de decisiones? (Aunque no hicieran publicidad de ello).

¿Y que es equivocarse? ¿Es «fallar»?

Esta es la cuestión trascendente ya que por cultura nos han acostumbrado a pensar que sí. ¡Pues NO! Equivocarse NO es «fallar».

Es sencillamente darse la opción de aprender a hacerlo de forma diferente. Es: Mejorar, Aprender, Crecer, Perfeccionar, Evolucionar, y también las famosas I + D + i.

Si podemos verlo de esta manera, entender la magnífica oportunidad que se nos ofrece de mejorar, esto nos hará bajar considerablemente el «miedo» a tomar decisiones.

Es evidente también que para poder llegar a vivir las equivocaciones como oportunidades necesitamos todo un trabajo de reflexión y toma de consciencia, percepción de nuestros puntos fuertes y también de nuestras carencias, o puntos a mejorar.

«Este trabajo puede necesitar del acompañamiento externo ya que muchas veces no somos lo suficientemente imparciales con nosotros mismos, o no tenemos la distancia adecuada con lo que necesitamos. Necesitamos una «mirada» exterior que nos permita «ver».

Y es cierto que se puede aprender, ¡se debe aprender! Y aquí es donde nosotros podemos intervenir … «].

De TODO lo anterior podemos extrapolar: ¿Soy libre a la hora de tomar mis decisiones? ¡ Pues NO !

Ya comentaba antes que hay muchos factores a tener en cuenta, no solamente los de la situación externa (mercado, competencia, crisis, riesgo financiero, etc.) también los de la situación de la propia empresa (idoneidad y validez del producto o servicio , momento adecuado, capacidad actual, etc.).

Pero, ¿y los factores internos de cada uno? Los patrones y pautas tanto de pensamiento como emocionales que tenemos y que nos impulsan o frenan nuestra toma de decisiones?

O no les ha pasado a ustedes, o a algún conocido, que después de estar bastante tiempo sopesando y meditando una decisión (poniendo todos los elementos de juicio en su lugar) de repente han tomado la decisión de «un cabezazo» . Y quizá sería más adecuado decirlo en francés «un coup de cœur».

Tenemos ejemplos extraordinarios en los orígenes de la crisis actual: altos ejecutivos perfectamente preparados que tomaron las decisiones inadecuadas según parámetros totalmente ilógicos y con grandes componentes emocionales.

¿Qué «falló», qué pasó en estos y tantos otros casos conocidos? La respuesta es sencilla: en el momento de la toma de decisiones se guiaron NO por la lógica y lo que sabían, sino por un impulso no razonado de tipo emocional. Eran prisioneros de sus condicionantes.

Esto me lleva de nuevo a la frase de antes: ¿Soy libre a la hora de tomar mis decisiones? Y, si no soy libre, ya que estoy condicionado por mis viejos patrones de conducta y pensamiento, ¿que puedo hacer? ¿Resignarme a tomar decisiones con un alto componente subconsciente y grave riesgo de equivocarme? ¿Estar, ahora y siempre, sujeto a los propios miedos y limitaciones?

¿Tengo otra opción? ¡ Pues SÍ !

No se trata de utilizar únicamente «la cabeza», la lógica y el pensamiento bien estructurado; ignorando y dejando de lado la intuición, los sentimientos, la ética, incluso la sensación de solidaridad, todo eso que podríamos llamar «el Corazón «.

¡Pues no! Se trata de utilizar ambas cosas: «la cabeza» y «el corazón». Se trata de unir todo el potencial humano, cabeza y corazón, corazón y cabeza, sin dejar de lado nada, sin menospreciar toda la riqueza interior expresada en la creatividad y el conjunto de emociones que nos distinguen del reino animal.

Dando por descontada la formación profesional y académica para la toma de decisiones necesitaremos «educar, formar» todo nuestro mundo interno emocional. Puedo usar bien conscientemente la palabra «reeducar» ya que se tratará de eso: de deshacer viejas creencias negativas, de re programar los antiguos patrones de conducta y pensamiento / emoción inadecuados transformándolos en herramientas útiles para la toma de decisiones.

Utilizar de forma consciente todas las capacidades (Corazón y Cabeza) me hará libre, devendré libre! Puedo aprender a utilizar la inteligencia emocional, los sentimientos, la sensibilidad, todo el impulso del «corazón» de la misma manera que he aprendido a usar las herramientas intelectivas.

[Y es cierto que se puede aprender, se debe aprender! Y aquí es donde nosotros podemos intervenir … «].

Ya que nadie ha nacido enseñado y todos hemos aprendido a hacer lo que sepamos hacer, también podemos / debemos aprender este campo extraordinario (Corazón Vs. Emoción) que complementa (cuando está equilibrado) nuestro bagaje técnico y científico. Uniendo nuestros aspectos internos masculino y femenino para ser, por fin:

¡UN SER LIBRE ENTERO!