Solidaridad

Como continuación del artículo anterior creo que es necesaria una ampliación clarificadora del tema.

Decía en este artículo (publicado en el blog el 02/28/13) que «no basta con indignarse. Puedes ser un Indignado más! «

También mencionaba que » Lo que nos hace falta a todos, y a ti también, es pasar al siguiente nivel: Rebélate!»

Y a partir de ahí proponía «una acción pacífica y serena para transformar, transmutar, lenta y profundamente esta sociedad anquilosada …»

Soy muy consciente de que proponer (cito); “… un nuevo humanismo ilustrado en beneficio de todos. Necesitamos una sociedad donde todos y cada uno de nosotros tenga su lugar, sus oportunidades, la opción real de ganarse la vida. Y eso permitirá que todos podamos participar de la economía real.” puede parecer demagogia y populismo puro y duro. Y así sería seguramente si yo me presentase a alguna elección, pero como no es el caso, y con la libertad que me da mi independencia, me puedo permitir continuar mi reflexión.

Reflexión que pretende servir de punto de partida para un diálogo amplio de toda la sociedad y de serena introspección de cada uno de nosotros para ver que puedo hacer YO, ahora, para cambiar este orden de cosas que NO me convencen y satisfacen?

O estás realmente satisfecho de cómo está yendo todo? Aunque a ti «las cosas te vayan bien», ¿puedes cerrar los ojos a todo lo que pasa a tu alrededor? ¿Estás contento de ver cómo se daña el planeta hipotecando el futuro de todos? ¿Te satisface ver cómo muchos jóvenes francamente bien preparados no tienen demasiada esperanza? ¿Como los derechos sociales costosamente adquiridos se recortan día a día? ¿Como mucha gente está en el paro sin expectativas? Etc., Etc. …

Y todo esto para qué? Para que algunos, algunas empresas o sociedades aumenten escandalosamente sus beneficios?

A mí, de pequeño, me enseñaron que «nada se crea ni nada se destruye, solo se transforma», y si es así en física, ¿donde están estos miles de millones de euros que se han «esfumado» de nuestras bolsillos colectivos? ¿Han desaparecido o simplemente han cambiado de bolsillo?

Si nuestra sociedad sigue yendo en la misma dirección, cada uno para sí mirándose el ombligo y ocupándose egoístamente de llenar al máximo posible la mochila propia, iremos a más o menos medio plazo hacia un colapso general.

¿Que nos hace falta entonces? Un cambio de paradigma, pasar de las viejas formas a una actuación nueva. Como decía John F. Kennedy “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país.”

¿Que puedes hacer tú, que puedo hacer yo, que podemos hacer cada uno y todos juntos?

1. Por todas partes se están abriendo, tímidamente aún, formas nuevas de comercio y de intercambio: poniendo en conjunto, sumando recursos y esfuerzos, juntando saber y saber hacer, buscando puntos de unión y complementariedades, trabajando en definitiva para sumar y multiplicar colectivamente, para salir juntos de esta crisis profundo en todos los sentidos: económica, social, moral, ética y de valores.

2. Hacer comercio de proximidad, dentro del país o con nuestros vecinos más cercanos (que por otro lado son también nuestros mejores clientes), favoreciendo el comercio y el bienestar del otro estoy / estamos favoreciendo mi / nuestro bienestar y prosperidad.

3. Buscar todas las formas de comercio justo, equilibrado, con una justa compensación económica y beneficio sin exageración que permita una rueda, un fluir real de esta energía llamada dinero.

4. Ver al otro no como un adversario, un competidor, un enemigo que hay que ganar y si posible hundir, sino como una posibilidad de mejora, como un enriquecimiento mutuo en todos los sentidos.

5. Ser generoso en todos los sentidos. «Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos». John F. Kennedy.

6. Compartir recursos, dinero, pero también ideas, oportunidades de negocio, ganas de trabajar en conjunto, abandonando un poco este sentimiento posesivo de «mi negocio, mi empresa» por un sentimiento de propiedad quizá más colectiva, más cooperativa.

7. Compartir también el trabajo disponible, reduciendo quizás la jornada y el salario propio a fin de que otras personas puedan incorporarse al trabajo.

8. Ser imaginativo, participativo y no excluyente, buscar siempre el bien común, lo que es mucho mayor que yo, superior a mí.

Este solo son algunos pequeños y modestos apuntes, entre muchos posibles, que me gustaría que la sociedad recoja.

“Como en el caso de la crisálida que necesita romper la vieja piel, abrirse, para poder manifestar la maravillosa mariposa que lleva dentro, nuestra sociedad necesita abrirse, liberarse de los miedos y las angustias, dejar la parálisis y pasar a la acción.

Esta acción es, será, el resultado de la reflexión personal echando para siempre las viejas premisas falsas de las que hablaba en el articulo anterior. Sin egoísmos absurdos, entendiendo que más que nunca el planeta se ha vuelto pequeño (demasiado pequeño para salirse solo de esta) y que nos hace falta, todos juntos, trabajar solidariamente para desvanecer las viejas sombras, la oscuridad.

Recuerde: en lo más profundo de la noche, cuando las tinieblas parecen más fuertes, ya queda poco para que despunte el alba!”