Sigo hablando, como en el artículo anterior, sobre la «necesidad / posibilidad» de contribuir en algo, de poner nuestro granito de arena al edificio común que es la tierra.
Para aquellos que no lo hubieran podido leer, les invito a hacerlo en mi blog: miquelbru.com. En este, con opiniones tanto del Presidente Obama como del Papa Francisco, manifestaba la esperanza, a la vez que la certeza, de que fuera posible un acuerdo en la conferencia de París. Así ha sido: ¡ya tenemos acuerdo! Menos ambicioso y amplio de lo que muchos desearíamos, pero acuerdo al fin y al cabo.
Ahora nos toca a todos reflexionar sobre que hay que hacer a continuación:
- ¿Darnos por satisfechos y quedarnos “orgullosos y tranquilos” con el resultado?
- ¿Celebrarlo y, acto seguido ponernos «manos a la obra»?
El título podrá parecer fuera de lugar o referirse al estreno de la última entrega de la famosa saga.
Pues no quiero confundir a nadie, sigo hablando de ¡Compromiso!
De compromiso con uno mismo en primer lugar, compromiso con el propio bienestar a todos los niveles (no sólo supervivencia física); compromiso y bienestar que significa también estar razonablemente satisfecho de las propias acciones y actuaciones.
Compromiso propio que nos permite y nos «exige» continuar sin desfallecer haciendo todo lo necesario a fin de lograr el más amplio posible «bienestar personal».
¿En que consiste este? ¿Alguien puede estar mínimamente satisfecho si su entorno esta lleno de desequilibrios, injusticias, males de todo tipo, etc., si no puede garantizar mínimamente la sana supervivencia de los propios descendientes?
A menos de tener «un corazón de hielo» o ser un egoísta profundo y militante, creo y espero que No sea posible.
Así, el compromiso con el propio Bienestar, (Bien Estar / Estar Bien) nos lleva hacia el segundo compromiso.
Compromiso con el resto de la gente del planeta, de este planeta que como ya ha quedado demostrado se nos ha quedado pequeño; demostrado que las soluciones no se pueden llevar a cabo individualmente; demostrado que nos necesitamos absolutamente todos y demostrado que es demasiado valioso (aparte de ser el único que tenemos) para ser «abandonado».
Compromiso con el Medio Ambiente, con el planeta, con la Tierra entera ya que se ha puesto de manifiesto que no son posibles soluciones parciales a escala local.
Son imprescindibles soluciones a gran escala que garanticen el éxito de las medidas que todos (personas, instituciones y sobre todo gobiernos y empresas) tenemos que poner urgentemente en marcha.
Esta es nuestra tierra, el único planeta que por ahora tenemos, aunque estemos esperanzados en buscar y encontrar nuevos planetas habitables.
¿Pero, es para hoy o para mañana? ¿Podemos estropear este pensando que ya encontraremos otro? ¿Y, aunque lo encontráramos, podríamos transportarnos allí a todos?
No es necesario que insista más sobre el tema.
¡Es AQUÍ! ¡Es AHORA! ¡Es ESTE Planeta el que hay que preservar!
¡No es en una lejana galaxia donde podremos resolver nuestro futuro ni el de nuestros hijos!
Así pues, como siempre, hablo de compromiso, de atención, de Consciencia.
Y los tres temas tienen el punto de partida y el de llegada en el mismo lugar:
Uno Mismo, cada uno de nosotros, ¡USTED!
Estamos pues en el mismo lugar de siempre:
¡TODO se resume y se concentra en el propio Ser, en la propia CONSCIENCIA!
Y, si todo se resume en la propia Consciencia, ¿es esta una consciencia limitada y exclusiva para este tema solamente?
¿O bien podría y debería ser una consciencia holística, global, que se ampliara a todos (o casi todos) los campos de nuestra vida?
Consciencia Plena que deberíamos aplicar a las actividades económicas, sociales, relaciones personales (de pareja, familiares, amistades, laborales, etc.) haciendo que esta consciencia Plena sea la guía de todas nuestras acciones.
Haciendo de la Consciencia Plena el faro de nuestras decisiones y acciones el resultado tiene que ser, será diferente, ¡muy diferente!
No podemos descuidarnos mes y dejar para un hipotético mañana nuestra responsabilidad como Persona.
Mis acciones de hoy son las semillas que veré crecer mañana.
¿Qué quiero hacer crecer? Si quiero hacer crecer «malas hierbas» ¡pues a seguir plantándolas! Pero, si lo que quiero hacer crecer son (por ejemplo) rosas, pues hay que plantar rosas.
¡Tan sencillo como eso!
¿Que desea ver el día de mañana (o más pronto de lo que podríamos pensar), para usted y para sus hijos? Adapte entonces su actitud y sus acciones a lo que quiera ver. Y entre todos tendremos aquello que hayamos sembrado, así que después no será necesario ni podremos lamentarnos. ¡No tendremos derecho a hacerlo!
Deseo que no tengamos necesidad de lamentarnos.
¡Les deseo, nos deseo a todos como humanidad, un Feliz Año 2016!
y un Feliz Año 3016, y un feliz Año 5016, y 10.016, y 100.016 …





