Lúcido, lúcida: aquel/aquella que comprende con claridad las cosas, aquel/la que ve…
¿Se trataría solamente del intelecto, o del sentido de la vista?
Si sólo se tratase de la comprensión intelectual o bien del sentido visual podríamos decir que la inmensa mayoría de la población mundial es lúcida…
¿Es así?
Si sólo se tratara de comprensión intelectual podríamos adjudicar la lucidez a todos aquellos que tienen un coeficiente «normal».
Si sólo fuese cuestión de ver (sentido de la vista) podríamos adjudicar la lucidez a todos aquellos que no tienen problemas visuales. Esto dejaría fuera a todos los invidentes. Seguro que todos nosotros conocemos o hemos oído hablar de personas ciegas que son muy lúcidas, y también conoceremos a más de una persona que ve muy bien y que sin embargo no tiene nada de lúcida.
Busquemos, una vez más, la definición del diccionario: Que comprende claramente las cosas. Un espíritu lúcido. Un razonamiento lúcido. Un estilo lúcido. Un momento lúcido en medio del delirio, de la fiebre.
Estas definiciones ya nos dejan entrever algunas diferencias y matices. En primer lugar nos hablan no sólo de comprensión intelectual, sino que nos amplían el campo a una comprensión más plena y profunda. Tener un espíritu lúcido junto a un razonamiento del mismo estilo nos habla de entender con amplitud, casi en su totalidad, no sólo de reflexión cerebral.
La ultima definición nos habla de «momentos», un momento lúcido en medio del delirio, de la fiebre. ¿De qué delirio o fiebre nos habla? Evidentemente hay muchos tipos de delirio, pero podría extrapolar que hablamos de delirios de grandeza, de egos exagerados y miedosos, de pérdida del sentido de la realidad, de mentalidades fantasiosas que toman sus deseos por realidades, etc.
Podría hacer extensiva la extrapolación a la fiebre de poseer con avaricia, de figurar, de ser más que el otro, de «quemar la vida» en una búsqueda constante e ininterrumpida de la satisfacción de los sentidos, etc.
¿Habríamos de conformarnos con tener «momentos» de lucidez?
¿«Momentos» en medio de un océano de ceguera, de penumbra u oscuridad?
Así pues no hablamos sólo de estas dos formas de lucidez, sino que hablamos también y sobretodo de una manera de estar, de una manera de hacer, de una manera de Ser !
La manera de estar, la manera de hacer y la manera de Ser que nos permitan estar, hacer y Ser en plenitud, con todos nuestro potencial realmente desarrollado; dándonos cuenta de todo aquello que es realmente trascendente y no superfluo; trascendiendo las pautas externas impuestas por una «sociedad» egoísta y ciega que sólo contempla el provecho como virtud (costumbres y modas pasajeras que nos llevan, si no le ponemos remedio, adonde todos sabemos y donde ninguno de nosotros quisiera ir).
- Esta manera de estar tiene que ver con tener una actitud ecuánime, un criterio sereno, sin prejuicios, en paz con uno mismo y con el entorno.
- El modo de hacer responde a estar en paz y sobre todo con paz, tener y hacer sentir esta paz propia a todo nuestro entorno. Hacer desde el corazón (no como una frase hecha, sino como sentimiento tangible), pudiendo practicar aquello tan antiguo y a la vez tan actual de: «no hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran».
- Ser significa tener incorporados ya este estar y este hacer No actuar desde el intelecto o el convencimiento de lo que sería correcto y deseable, sino que es actuar desde la propia esencia, sin que sea posible actuar de otro modo.
El diccionario aún nos reserva otra perla.
Lúcido: resplandeciente, que resplandece.
Así pues será Lúcido aquel/la que actúe desde la actitud resplandeciente, aquel/la que permita que su propia «Luz» interior se manifieste y expanda en su entorno.
¿Qué entiendo por «Luz»? Pues tener y estar en una actitud franca y abierta, sin falsedad o hipocresía; hacer con y desde el corazón, sin exagerado egoísmo; Ser «todo de una pieza», auténtico y honesto con lo más profundo de uno mismo.
Según esta reflexión mía, con la que ustedes pueden estar de acuerdo o discrepar, serán/seremos lúcidos todos aquellos que voluntariamente dejemos de mirarnos el ombligo y empecemos a hacer teniendo en cuenta el interés general real, no demagógico.
Les invito a compartir su opinión, ya que creo que esta reflexión es más que nunca necesaria visto todos los temas de nuestro entorno.
¡Les invito a Ser Lúcidos!



