Con este título quiero reflexionar, y, si me lo permiten, invitarles a hacerlo conjuntamente, sobre todas las noticias (lamentables en mi opinión) que día tras día nos llegan, nos golpean, a veces nos conmueven y de tanto en tanto nos indignan .
No hará falta que les haga un resumen de todo lo que sucede a nuestro alrededor, en nuestros países y en el mundo entero para ver que estamos en un periodo «especial» de nuestra historia.
Ante todo aquello que pasa podemos tomar y tener básicamente dos actitudes:
- Una actitud proactiva que genera ganas de hacer algo!
- Una actitud de negación: ¡aquí no pasa nada! (ver el artículo: hacer el avestruz).
Todavía habría una tercera actitud, la cual es una especie de mezcla rara entre cinismo y resignación. Esta actitud se puede expresar en frases más o menos similares a las siguientes: «vamos… que quieres hacerle!»; «es normal que pasen estas cosas«; «siempre ha ocurrido»; «mientras no me toque a mí…»; etc.
Sobre esta tercera actitud no me extenderé mucho a pesar de que esta muy difundida, desgraciadamente. Y no me extenderé porque no sirve demasiado hacer el esfuerzo de intentar convencer a alguien que sea profundamente egoísta y solo se dedique a «mirarse el ombligo».
De las dos primeras empezaré con la segunda, la negación.
¿Alguien que viva en nuestras sociedades de tipo occidental (vale decir informado, aunque esté en cualquier lugar del mundo) puede ignorar los profundos y terribles «cataclismos» que se están produciendo a todos los niveles: económico, social, sociológico, medioambiental, religioso, cultural, humano, etc.?
¿Alguien puede pensar que toda ésta desestructuración, esta violencia, el fomento de actitudes xenófobas y racistas, todos los «desbarajustes» varios no generarán un caldo de cultivo que mas temprano o mas tarde nos pasará factura?
¿Alguien puede pensar que el expolio del bien público es normal?
Hay que hacer un auténtico y laborioso trabajo profesional de ceguera para no ver. Hay que esforzarse mucho para negar / ignorar.
A aquellos que estuvieran en este caso simplemente les invitaré a abrir los ojos; a mirar a fin de poder ver; a ver para poder cambiar de actitud.
Sean cuales sean los motivos del cambio de actitud ¡serán bienvenidos! Sea para no recibir el retorno negativo, sea porque ya no se puede acallar mas la consciencia, etc. ¡bienvenidos a la otra actitud!
La actitud proactiva.
¿Y como la llevaremos a cabo si decidimos adoptarla?
Pues aplicando el título del escrito, como «Nuestro pan de cada día…», haciendo cada día algo que puede pasar totalmente inadvertido para el resto de nuestro entorno. De manera anónima, sin aspiración al reconocimiento o agradecimiento, podemos hacer mucho cada uno de nosotros en nuestro entorno. ¡Lo podemos hacer todo!
No se trata de «dar dinero», aunque en algunos casos también será necesario (si podemos). Pero, aunque no pudiéramos dar ni cinco ¡todos/ absolutamente Todos podemos hacer mucho!
- Podemos sonreír a nuestros interlocutores, cualesquiera que sean.
¿O no puede? Si no puede, sonría igual: ¡su bienestar se lo agradecerá! (¿Sabía usted que para poner cara de enfado son necesarios más de veinte músculos diferentes? Al contrario, para sonreír sólo se necesitan siete músculos:
¡ Ahorre energía !
- Podemos dar apoyo anímico siempre ¡incluidos nosotros mismos!
- Podemos escuchar atentamente, no de compromiso. ¡Podemos atender!
- Podemos dar la mano desde el corazón no como un gesto social vacío de sentido.
- Podemos abrazar (si tenemos confianza) sintiendo y haciendo sentir la propia presencia.
- Podemos aceptar la diferencia sin miedo a «contagios». Ver y vivir la diversidad de la vida. ¿O sólo existe un solo tipo de flor, de color, de pájaro, de nube, de persona?
- Podemos ser tolerantes, que no significa «dar permiso» ni «ser condescendiente», más bien significa reconocer la igualdad del otro, su derecho a ser diferente desde el mutuo respeto.
- Podemos abrir la imaginación y el ingenio para buscar, encontrar e implementar soluciones a todos los problemas que vayan surgiendo.
- Podemos abrir «la caja de la generosidad» y, aunque no pudiéramos dar dinero, dar: tiempo, disponibilidad, amabilidad, entrega, ganas, gracia, humor, energía, etc. además de todas aquellas virtudes positivas que usted/ todos, tiene/ tenemos guardadas no tan lejos como uno podría pensar.
- : Apunte aquí todo aquello que yo NO he puesto pero que usted SI desea aportar: …………………………………………………………………………………………………………………………….………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Ya sé que haciendo todo esto no se van a resolver de hoy para mañana todos los problemas del mundo, pero si un gran número de personas nos ponemos a hacerlo iremos «extendiéndolo como mancha de aceite» y así iremos reconduciendo poco a poco todos los desbarajustes hasta llegar a tener «la masa crítica» suficiente y necesaria para que «Nuestro pan de cada día…» sea realmente alimento a todos los niveles, para todos!



