¿Qué buscar? ¿Perseguir el qué?

¿Qué busco? ¿Qué persigo? ¿Que buscamos y perseguimos todos?

En general todos buscamos con pocas variaciones lo mismo: hacer carrera, ser más felices, estar bien, ganarnos mejor la vida, compartir la vida con alguien, etc. Aquello que, en general, llamamos progresar.

Ahora bien, ¿voy en la buena dirección? ¿Busco/persigo de hecho mi objetivo real? ¿Sé realmente lo que quiero de manera profunda e intima? ¿Estoy seguro de manera incuestionable de cuál es mi anhelo irrenunciable? ¿Que es aquello que me impulsa constantemente a buscarlo, aunque sea de forma muy sutil? ¿Que es lo que busco más allá de todas las satisfacciones y logros que pueda haber conseguido?

¿Cual es esta sensación que me trae angustia y melancolía a pesar de todo lo que he conseguido? ¿Cual es este sentimiento de «vacío» a pesar de todo lo que tengo?

Y esta sensación, a veces tenue a veces fuerte, de insatisfacción que se asoma en momentos en que, más allá de todo lo hecho, siento que me falta algo …

No puedo razonarlo, no hay razón ni explicación posible!

¡Si lo tengo todo! No me falta nada, tengo un trabajo que me gusta y estoy haciendo lo que deseo, estoy con la persona amada, me gano razonablemente la vida, de salud bien, la familia en paz, etc., etc., pero … pero …

¿Cuál es este pero que concluye el apartado? y sobre todo ¿que significa?

¿He pasado algo por alto? ¿Me he olvidado de algo?

Normalmente no podemos dar respuesta a estas preguntas, y así la sensación de melancolía, incluso de nostalgia, continúa aquí presente.

¡De forma recurrente esta sensación, más o menos fuerte, continúa diciéndome que me falta algo!

Y, ¿que me falta?

El ser humano no «trabajado», aquel al que Louis-Claude de Saint-Martin llamado «le Philosophe Inconnu» denominaba «el hombre del torrente», simplemente vive su vida en función de las circunstancias que van sucediendo en su existencia sin realmente dirigir nada. Podríamos decir que es víctima de los hechos exteriores que no tiene la posibilidad ni la capacidad de dirigir. Aparentemente escoge hacer o dejar de hacer tal o cual cosa (hacer un determinado trabajo u oficio; comprar un bien, una casa, etc.; casarse; cambiar de lugar de residencia; etc.), pero ¿lo hace libremente o es conducido/predeterminado por todos los condicionamientos sociales, familiares, culturales y educacionales recibidos? ¿No son las pautas y patrones profundamente arraigados en su subconsciente los que condicionan y conducen su vida? ¿Es libre? ¿Soy libre?

Y, ¿si no lo soy, que tengo que hacer para serlo?

En primer lugar saber que buscar, saber que quiero, que necesito realmente.

Si, como decía antes, a pesar de todo lo obtenido uno no esta ni se siente del todo satisfecho, a pesar de todos los bienes materiales uno se sigue sintiendo vacío y esa sensación de carencia sigue presente, entonces ¿quizás lo que me hace falta buscar no es solo de orden material?

¿Acaso necesito buscar algo más profundo y de tipo interno?

Si me hago este tipo de pregunta, si empiezo a buscar respuestas no fuera sino dentro de mí, si empiezo a querer saber que y quien soy, que necesito más allá del materialismo desenfrenado, más allá de los condicionamientos, entonces empezaré a convertirme en el “Homme de Désir» según «le Philosophe Inconnu».

Este «Hombre de Deseo» es aquel que aspira a comprender y a superar esta melancolía y nostalgia de un estado interno de plenitud que no esté sujeto a todos los vaivenes y contratiempos de la vida. Aquel que con honradez, con humildad y sin «hacer ruido» busca reencontrarse consigo mismo y su auténtica y profunda naturaleza. Hay que tener pues este Deseo.

Ahora bien, como decía el mismo «Philosophe Inconnu» : «No hay nada tan corriente como la envidia y tan raro como el Deseo».