La Torre de Babel hoy en día:
¡Trabajando la comunicación!

«Nos hemos convertido en individuos herméticamente aislados navegando en plena soledad en un mar sumergido de informaciones».

Muchas son las causas y algunas las soluciones.

Veíamos en el artículo anterior algunas causas y hoy hablaré de algunas soluciones.

Todas las causas están interrelacionadas a pesar de que en algunas personas tenga más incidencia un elemento u otro. Mencionaba sólo algunas causas que en mi opinión son de las más importantes en esta incomunicación presente. Aunque no existe una relación directa entre causas y soluciones ya que, como he dicho antes, las causas son diversas y las soluciones sirven para muchas, sino todas, las distintas causas, estableceré para hacerlo más fácil una relación entre el listado de causas y las posibles soluciones.

• Falta de práctica: es evidente la falta de práctica a la hora de comunicar ya que la sociedad nos enseña desde pequeños a callar.

«Calla, que esto no es cosa de niños – Que sabrás tú – Cuando los mayores hablan los niños callan – Calla y escucha – etc.» (Pondré en cada caso sólo algunos ejemplos para no hacerlo pesado).

Solución: repetirse como si fuera una cantinela (mentalmente o de manera audible) una afirmación del tipo siguiente: ¡Tengo mi propia opinión y tengo derecho a expresarla!

• Mala educación: imposición, etc. En general todas las limitaciones, los patrones/ pautas erróneas de comportamiento y/o pensamiento que nos fueron inculcados. No hablo aquí de lo que antes se enseñaba como «normas de urbanidad».

Todas aquellas pautas subrepticiamente incorporadas a nuestro subconsciente y que nos condicionan.

Solución: trabajo de limpieza con toda humildad y perseverancia de todo aquello que se va manifestando (mejor acompañado de un buen profesional).

• Formas autoritarias y no respetuosas de hablar/ prepotencia del otro, soberbia.

No favorecen en absoluto la comunicación. Relación de dominio/dependencia. Sometimiento.

Solución: ¡Respeto la sana autoridad, nadie es superior a nadie!

¡Tengo respeto por los demás/ exijo respeto para mí mismo!

• Miedos diversos (a no ser entendido, a expresarse, a ser menospreciado, a la respuesta abrupta, a la falta de respuesta, etc.).

Los miedos inculcados en nuestra educación se manifiestan como poderosas herramientas de incomunicación, como inhibidores de nuestra capacidad, necesidad y ganas de expresión.

Solución: Pregúntese: «¿que sería lo peor que me podría ocurrir?».

Respuesta: que me muera! (Nada peor me puede suceder. ¡Me moriré seguro! ¿O no? Así pues, ¿para que tener miedo de lo que sucederá seguro?).

El miedo paraliza y no sirve para nada (salvo como sistema de alerta).

Lo que hace falta es actuar a pesar del miedo, hacer a pesar de la inseguridad, atreverse sin tener la certeza.

• Falta de seguridad; a hacer el ridículo; complejos de inferioridad o ignorancia.

Lo que no conocemos o no hemos practicado suficientemente nos resta seguridad y confianza.

Solución: Practica, practica y más práctica. Ya que si no practicamos, ¿cómo llegaríamos a tener nunca el suficiente nivel? Infórmese, cultívese y poco a poco vaya poniendo su granito de arena a toda comunicación.

• Egoísmo; indiferencia hacia los demás.

Es evidente que es de los demás para con uno mismo, ya que si fuera al revés por simple egoísmo/ por interés y necesidad quisiéramos comunicar.

Así, si nos encontramos un personaje como este ¿que nos aporta querer comunicarnos con él?

Solución: Simplemente y sencillamente no haga ningún esfuerzo y déjelo ir, déjelo pasar, marchar.

• , etc.

Hay muchas más causas a la falta de comunicación, a la dificultad de comunicar y entendernos con los seres humanos.

Solución: En todos los casos la solución siempre será la misma (tanto para la incomunicación externa como en la interna):

sin prisas, sin exigencia, poco a poco, ir atreviéndose a hablar (y a hablarse) uno mismo, ir dando confianza al otro, fomentar un clima favorable al diálogo con una actitud abierta y humilde, sin grandes expectativas, sin miedo (sólo hay que tener miedo del miedo mismo). Abrirse, permitirse exponerse sin tantas barreras ni límites. Practicar el conocer, el conocerse.

Con honradez, desde el corazón y con todas las ganas irá usted, iremos todos, desmontando esta Torre de Babel, saliendo de esta especie de autismo voluntario y colectivo donde estamos ubicados.

¡ Buena comunicación !