Compartir: Vencer las resistencias al cambio, a los cambios!

Oigo muchas veces esta palabra usada en contextos completamente distintos. Estoy compartiendo piso; comparto coche para ir a trabajar; comparto contigo las ganas de hacer fiesta; etc., etc.

Esta claro que podemos compartir muchas cosas: objetos, aficiones, pasatiempos, deportes, tiempo, métodos, trabajos, intereses, objetivos, ideales, amistades, esperanzas, sentimientos, emociones, etc.

Aprender a compartir

Compartir es así una actividad humana muy extendida en casi todos los campos de acción.

Compartir: Dividir (algo) dando parte a otros, tomando cada uno su parte. Recibir, usar, poseer, en común. (Diec)

Como he dicho antes es cierto que compartimos muchas «cosas». Pero casi siempre suelen ser objetos o bienes útiles que poseemos o usamos en común. O bien intereses particulares que ponemos en conjunto.

¿Solamente es esto? ¿Es todo lo que significa compartir? ¿Usar en y para beneficio propio (mutuo o individual) algo puesto en común?

El tema que les quiero plantear hoy es el siguiente:

¿Que podría ser realmente compartir? ¿Sabemos compartir? ¿Hemos aprendido o nos han enseñado a compartir?

Sobre lo que podría ser el compartir permítanme hacer un juego de palabras desde la lengua castellana.

Compartir: Participar en algo. // Compasión: Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias. (Rae): empatía!

Puesto que las dos palabras tienen la misma raíz las hermano. Si sustituyo la letra m por la n obtendría las siguientes palabras: con-partir (marchar/caminar con y/o partir, repartir con) y con-pasión (con pasión).

Perdónenme si les parezco demasiado atrevido con esta licencia lingüística. No tengo ninguna intención de inventar una nueva palabra, pero si que quisiera ampliar el sentido de esta (o al menos reflexionar).

Esta digresión me permite ampliar el sentido hasta la siguiente reflexión.

Compartir podría devenir: «participar en algo/ caminar junto con/ tomando cada uno su parte/ con empatía/ con pasión».

Esto implica pues una actitud, una manera de hacer y estar diferente.

Estar no sólo para compartir «objetos, bienes útiles, intereses particulares que ponemos en conjunto»; Ser no sólo «beneficiario»; sino…

¡Partícipe consciente y voluntario de un continuo de acciones encaminadas a hacer que todos, todo el mundo viva en plenitud!

Y, ya que no es una obligación, una necesidad; hacerlo con pasión, con alegría, ya que parte de la decisión de hacer o no hacer, de elegir compartir o no, de la libertad personal!

¿Sabemos hacerlo? ¿Hemos aprendido o nos han enseñado a compartir?

Es evidente que no con esta acepción más amplia del termino.

¿Cómo podemos aprender y hacerlo?

Para poder compartir (nueva acepción) necesitaremos dejar de compararnos con los demás, sean cuales sean; de comparar a aquellos con los que queramos compartir con otros. Ya que si nos ponemos a comparar siempre haremos una evaluación (¿se lo merece o no?, ¿vale la pena? etc.), un cálculo y un juicio. Posiblemente también una competición (quiero más…/ tengo menos…/ necesito más/ etc.). Y de este juicio/ competición saldrá una sentencia.

Y esta sentencia no será nunca una acción desinteresada surgida desde el corazón sin ningún interés personal. Será un cálculo que puede ocultarse y camuflarse detrás de diferentes disfraces. Pero siempre tendrá un interés personal, aunque “solo” sea gratificar el propio ego (que bueno que soy que comparto con estos…/ aunque no se lo merecen…/ lo hago yo, sino…/ etc.).

Si salimos de este círculo vicioso de comparación/ cálculo/ juicio/ sentencia…, y nos ponemos a compartir (nueva acepción) podremos, juntos, sentar las bases de una acción diferente en todos los ámbitos y, posiblemente ir avanzando en la edificación de una sociedad más justa, menos egoísta y egocéntrica, menos competitiva (que no quiere decir conformista, pero esto será objeto de un próximo artículo) y al mismo tiempo más humana.