Stéphane Hessel-2010: gracias !

Ayer (noche del martes al miércoles) acaba de morir el pensador y filósofo Stéphane Hessel, autor del libro «¡Indignaos!» y considerado uno de los inspiradores del movimiento de igual nombre.

Aparte de ser un humilde homenaje a la figura de este ser de excepción, el hecho en sí me sirve como punto de partida para poder iniciar una serie de reflexiones que me gustaría compartir.

En este momento de la historia en el cual parece que el pensamiento dominante, los pensamientos dominantes, lo inunden y lo sumerjan todo, hace falta, de nuevo, tomar una perspectiva diferente que nos permita y facilite salir de este círculo vicioso en donde estamos puestos.

En primer lugar recordamos cuáles son los principales pensamientos dominantes.

1. Los «mercados» lo arreglan todo. Ponen cada cosa en su sitio.

2. El estado no debe intervenir más que en las ocasiones donde el mercado no puede. «Mínimo Estado posible».

3. Los consumidores, que no ciudadanos, no hace falta que nos preocupemos ni nos ocupemos de nada más que de ir a votar cada cuatro años y de conservar el empleo, como sea, al precio que sea. «Otros, que entienden más que yo del tema», ya se ocupan!

4. Todo está mal, fatal, y «con lo que está cayendo» es necesario que seas egoísta, avaro e insolidario y te ocupes sólo de ti.

Bueno, hay que decir que son algunos más los pensamientos dominantes, pero de momento ya me sirven estos. Debo decir que estas premisas básicas son todas absolutamente falsas.

Son estas ideas falsas y malintencionadas, destiladas por intereses evidentes, las que de forma insidiosa van disminuyendo la capacidad de respuesta del ser humano instalando de manera sutil un estado de ánimo oscuro y pesimista que permite que abdiquemos de nuestras responsabilidades y oportunidades colectivas. Esto lleva a que tengamos una democracia secuestrada donde teóricamente predominan los derechos, pero donde de forma real se toman decisiones poco democráticas y contrarias al interés general.

No hace falta aquí, desgraciadamente, que ponga ejemplos ya que los tenemos con creces, tanto en nuestra casa como en nuestro entorno.

¿Qué nos hace falta entonces? Tanto en la empresa como a nivel personal si seguimos estos cantos de sirena el lugar donde iremos a parar no será precisamente un lecho de rosas, o quizás de espinas? Es evidente que la tentación resulta fuerte y que hacer caso a las premisas falsas puede parecer fácil y sencillo. Simplemente no hay que pensar por uno mismo, sólo hay que seguir el sendero!

Pensar, analizar, sentir que la situación no es justa, indignarse, es un primer paso, justo y necesario, pero sólo un primer paso. Puedes ser un Indignado más!

Si nos quedamos, si te quedas, en eso habrás dado libre curso a tu frustración, le habrás dado voz (como oímos en muchas tertulias y conversaciones de salón) pero no habrás cambiado nada ni habremos avanzado mucho.

Lo que nos hace falta a todos, y a ti también, es pasar al siguiente nivel: Rebélate!

Y no estoy proponiendo aquí ningún tipo de revolución (romper el orden establecido para instaurar otra cosa similar).

No, de lo que estoy hablando es de transformar, transmutar, gracias a la acción pacifica y serena, lenta y profundamente esta sociedad anquilosada, esta democracia secuestrada en una democracia real participativa y solidaria donde la voluntad informada de los ciudadanos se manifieste en acciones reales a favor de toda la sociedad, no sólo en defensa de los intereses o privilegios de algunos. Evidentemente que se trata de un cambio de paradigma. O alguien piensa sinceramente que las viejas formas autocráticas pueden subsistir? Un tiempo quizás, pero piensa usted que la vieja empresa donde sólo importaba el beneficio a fin de año, sin tener en cuenta a las personas podrá continuar en el tiempo?

Necesitamos un nuevo humanismo ilustrado en beneficio de todos. Necesitamos una sociedad donde todos y cada uno de nosotros tenga su lugar, sus oportunidades, la opción real de ganarse la vida. Y eso permitirá que todos podamos participar de la economía real. O cree usted que con unos cuantos, pocos, cada día menos «super ricos» la economía real aguantará?

Como en el caso de la crisálida que necesita romper la vieja piel, abrirse, para poder manifestar la maravillosa mariposa que lleva dentro, nuestra sociedad necesita abrirse, liberarse de los miedos y las angustias, dejar la parálisis y pasar a la acción.

Esta acción es, será, el resultado de la reflexión personal echando para siempre las viejas premisas falsas de las que hablaba antes. Sin egoísmos absurdos, entendiendo que más que nunca el planeta se ha vuelto pequeño y que nos hace falta, todos juntos, trabajar solidariamente para desvanecer las viejas sombras, la oscuridad.

Recuerde: en lo más profundo de la noche, cuando las tinieblas parecen más fuertes, ya queda poco para que despunte el alba!