Caminar entre Cielo y Tierra es un aprendizaje que al ser humano le cuesta todavía mucho.
¿Qué es caminar entre cielo y tierra sino lo que hacemos día a día? Es evidente que estamos pisando el suelo y que tenemos encima nuestro las diferentes capas atmosféricas. Pero ciertamente no me refiero a eso.
El aprendizaje que como especie nos resulta difícil es estar de manera equilibrada entre Cielo y Tierra.
Tener «los pies en la tierra» es estar en el mundo ocupándose de todo lo que sea necesario: trabajo, familia, bienes, relaciones, etc. de forma eficaz y «productiva», haciendo todo lo necesario tanto para uno mismo como para el entorno, para hacer «fructificar», dar frutos, todo aquello que nos rodea. Es hacer que nuestro entorno sea cada vez más rico.
«Estar en las nubes» es la actitud opuesta a la anterior. Es «pensar en quimeras». Es estar en un lugar sin estar realmente/plenamente presente, solo físicamente, sin ver la realidad que te rodea. Incluso es evadirte de la realidad de forma más o menos leve o incluso patológica.
De estas dos tendencias antagónicas parecería bastante evidente que es mejor la primera. Permítanme que lo dude unos instantes. Y está bastante claro que, incluso en tiempos de crisis, bastante gente lo consigue. Si nos ocupamos únicamente de ser «cada vez más rico», de tener cada vez más (sea esto mucho o poco) existe el peligro común de buscar el «siempre más» que difícilmente llenará todas nuestras profundas expectativas de vida. ¿O no conocen ustedes a alguien que a pesar de tener bastante más que la inmensa mayoría, está francamente insatisfecho/a?
Caminar entre Cielo y Tierra es pues el aprendizaje de la búsqueda del equilibrio entre estas dos tendencias antagónicas. Un equilibrio ciertamente difícil y precario que constantemente habrá que retocar.
Este equilibrio entre Cielo y Tierra es, sin duda, tener «los pies en la tierra» a la vez que, y digo bien, al mismo tiempo, ocuparte del cielo, de tu propio Cielo.
Qué entiendo por ocuparte de tu propio Cielo? Ocuparte de todos tus anhelos profundos, de todas aquellas «cosas» que hacen que realmente estés satisfecho, plenamente satisfecho y razonablemente contento de lo que haces.
Al contrario de lo que decía Erich Fromm, brillante psicoanalista y filósofo, en su magnífico libro «Tener o Ser», yo no creo que la cuestión sea elegir entre tener o bien ser.
Para mí de lo que se trata es de compaginar perfectamente y plenamente las dos cosas: se puede tener y ser! ¡Hay que Tener y se tiene que Ser!
Se puede, se debe buscar y encontrar ese equilibrio entre estas dos tendencias antagónicas, ya que si sólo buscamos el tener, a pesar de llegar a alcanzarlo, nos podremos encontrar insatisfechos, secos, vacíos, sin ilusión y esperanza. ¡No estaríamos teniendo en cuenta la totalidad de uno mismo, no estaríamos viendo toda la realidad! Si, por el contrario, nos «refugiamos» en estar en las nubes evadiéndonos de aquello que no nos gusta, también estaremos huyendo de la realidad, no podremos cambiar nada, y por lo tanto también estaremos frustrados y desilusionados, insatisfechos!
De lo que se trata pues, es de estar i ser completos, totales, de llenar todas nuestras capacidades y cumplir con todas nuestras expectativas.
Así, y sólo así estarás plenamente satisfecho de ti mismo / a.
Se trata pues, de tender puentes entre estas dos vertientes tuyas: entre tu necesidad de «tener», en el sentido más amplio, y tu necesidad de «ser» (expresar toda tu riqueza interior, tus anhelos profundos, filosóficos , espirituales, etc.). Así te convertirás en un constructor de puentes, un «pontífice». ¡Estarás uniendo tus tendencias opuestas, tus polaridades, y convirtiéndote en UNO!
¡Y así, por fin, podrás caminar «Entre Cielo y Tierra» como lo que realmente eres!
Un Ser Humano Total, lleno, entero, satisfecho y dignamente orgulloso de su papel en la tierra, «CAMINANDO ENTRE CIELO y TIERRA».



